A la hora de decidir qué preparar para la cena, decidí apostar por los platos sencillos, frescos y divertidos, una apuesta segura para intendencia con Belén.
De primero puse la crema de espárragos que os mostré la semana pasada, que fresquita resulta irresistible, y de segundo opté por unos pastelitos especiados de pollo, muy sencillos y que seguramente prepararéis en casa.
El postre era claro, un poco de sorbete de limón, para preparar el estómago para la coca de llardons, que ya os mostré el año pasado, y a la que podéis recurrir viajando por el historial del blog (junio 2015)
Son unos pastelitos muy especiados, pero que resultan muy digestivos y que se pueden comer tanto fríos como calientes, aunque en ésta ocasión yo los serví calientes.
16 laminas de pasta brick
4 pechugas de pollo
4 cucharadas de miel
10 orejones
1 puñado generoso de pasas
1 puñado de anacardos o almendras
1 cebolla
1 hoja de laurel
2 cucharadas de especias
Aceite
Mantequilla
Canela en polvo
Azúcar glass
En primer lugar ponemos agua o caldo de pollo, lo que tengamos a hervir. Si es agua como en mi caso, añado una hoja de laurel, una pizca de sal y unas gotas de aceite, y añado las pechugas de pollo.
Una vez cocido, lo desmenuzamos y reservamos.
En una sartén, añadimos un chorrito de aceite e incorporamos la cebolla.
Cuando está transparente y tierna, añadimos los orejones, las pasas y los anacardos.
Integramos todos los ingredientes, y añadimos la miel, las especias ( comino, pimentón, cilantro molido, ajo deshidratado, pimienta negra, menta , perejil, canela, semillas de mostaza). Si no tenéis esta mezcla preparada en casa, podéis comprar un sazonador de especias de Marruecos que suelen vender en los supermercados.
Sólo queda añadir el pollo desmenuzado.
En el último momento decidí añadir unos trozos de manzana verde, para darle un toque de frescor.
Es hora de probar y ver si le tenemos que añadir sal.
Reservamos nuestro relleno. Yo lo hice un par de dias antes para que las especias se integraran bien y los sabores se multiplicaran.
Toca preparar los pastelitos. En la foto de presentación de los ingredientes, hay un pequeño error. La pasta que necesitamos es la masa brick, unas obleas muy finas y fáciles de manipular.
Engrasamos las obleas con un poco de mantequilla.
Ponemos el relleno en el centro y doblamos como si de un paquetito se tratara.
Para que nos quede muy crujiente, y el relleno no se nos salga, ponemos nuestro pastelito con la doblez hacia abajo sobre otra lámina y volvemos a envolver. Por lo que para cada pastelito utilizaremos dos láminas.
Calentamos el horno a 200º y cuando esté muy caliente, bajamos la temperatura a 175º con calor sólo abajo, e introducimos nuestra bandeja. Mi horno ha tardado casi 25 minutos, pero dependerá del tipo de horno que utilicéis.
Cuando las saquéis, que deben estar de un color dorado, os recomiendo que si las vais a comer calientes, dejéis que se atemperen antes, ya que tendréis que espolvorearlas con un poco de azúcar glass y canela y si están muy calientes, el azúcar se deshará.
Ricas, ¿verdad?. Animaos a prepararlas en casa, son muy sencillas y además podéis preparar el rellenos con antelación.
BUEN FIN DE SEMANA