viernes, 2 de octubre de 2015

Mejillones en conserva.

El Otoño invita a recibir en casa. Los días cada vez son más cortos y siempre es agradable poder ofrecer a nuestros amigos aperitivos hechos por nosotros mismos.

La receta de hoy es muy barata y agradecida, ya que podéis conservarla en el frigorífico durante muchos días (bueno si os dejan).



Los mejillones son moluscos que en ocasiones son tratados como  "los hermanos pobres" de los mariscos, sin embargo, los beneficios de éste producto son muy superiores a los de otras especies de moluscos. Como ventaja adicional, los mejillones conservan prácticamente inalterables sus beneficios cuando se consumen en forma de conserva. Esto resulta muy interesante, al tratarse de una especie de temporada, que no debe ser mariscada durante todo el año.

Por ello, hoy prepararemos nuestra propia conserva.


                                                        Mejillones frescos
                                                        Aceite de oliva
                                                        Vinagre de bodega
                                                        Tomillo
                                                        Laurel
                                                        Pimienta negra en grano
                                                        Ajo
                                                        Pimentón dulce de la Vera
                                                        Pimiento rojo (opcional)

Empezamos limpiando los mejillones. Los sumergimos entre 20-25 segundos en agua hirviendo con sal sin esperar a que se abran del todo, ya que se podrían pasar de cocción y quedar secos.




Separamos el mejillón de su concha retirando el pedúnculo interior.



Freímos los ajos con un poco de aceite.


Añadimos la mitad del agua donde hemos cocido los mejillones con una pizca de pimentón dulce.



Por último añadimos unas hojas de laurel, un poco de tomillo fresco , bolitas de pimienta negra y el vinagre de bodega.





Ponemos al fuego y vigilamos nuestro escabeche, ya que no debe hervir. Cuando esté tibio, cubrimos nuestros mejillones, que habremos colocado en una fuente de cristal.




Yo suelo dejarlos tapados en el frigorífico un par de días para que los sabores se integren y disfutemos de cada uno de los aromas.
Sólo queda buscar una forma divertida de presentarlos.

Yo tengo unas latitas como las de conservas de toda vida y que están tan de tendencia, pero seguro que se os ocurren mil formas divertidas de presentarlos.







¿Qué otras conservas sueles preparar?.

BUEN FIN DE SEMANA.

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