Os propongo un pan de molde muy sencillo, que no necesita apenas amasado y que tiene un resultado tierno pero con una corteza crujiente.
Vamos por la receta.
500 gr de harina
150 ml de leche desnatada
150 ml de agua
2 cucharadas de aceite de oliva
3 cucharadas de miel
1 cucharadita de sal
1 sobre de levadura de panadería
pasas
semillas de sésamo
En primer lugar, echamos en un bol amplio, la leche, el agua y el aceite, y mezclamos hasta que todos los ingredientes estén bien unidos.
Añadimos la miel y seguimos mezclando.
En otro bol mezclamos la harina, la levadura y la sal y removemos bien, y añadimos a la mezcla anterior. Es importante que mezclemos bien hasta que podamos amasar.
Añadimos las pasas o cualquier semilla que nos guste. Y seguimos amasando.
Hacemos una bola y conservamos en el bol y tapamos para resguardarla de cualquier corriente de aire. Yo la he dejado reposar 30 minutos.
Untamos el molde con un poco de aceite y ponemos dentro la masa. Es importante retirar el exceso de grasa con un papel si es necesario.
Ajustamos al molde y terminamos de eliminar el aire.
Podéis espolvorear con semillas. Yo he elegido semillas de sésamo.
Tapamos y dejamos reposar otros 30 minutos.
Durante este tiempo, encendemos el horno a 180º. Y pasados los 30 minutos de reposo, introducimos el pan y lo dejamos 40 minutos.
Pasado el tiempo de horneado, sacamos del horno y dejamos enfriar en el molde.
¿Qué os parece?. Estoy segura que se convertirá en vuestro pan de molde de cabecera.
Si lo queréis congelar os aconsejo que esperéis a que esté completamente frio, que lo cortéis en rebanadas preferiblemente con un cuchillo de sierra y guardéis en una bolsa hermética de plástico.
Ya me contaréis cuanto os dura, porque en casa no llega a la semana. Por cierto, es espectacular para hacer las torrijas tan típicas de la Semana Santa que está de camino.
BUEN FINDE SEMANA.
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