Hoy os traigo una propuesta que seguramente gustará tanto a pequeños como a grandes, que es sencilla y que la podemos dejar preparada con antelación.
Las espinacas son una verdura de hojas grandes y de color verde oscuro, que se pueden consumir tanto frescas como cocinadas, y que además presenta un montón de propiedades beneficiosas para nuestro organismo, ya que el hierro, potasio y calcio están entre sus vitaminas y minerales.
Espinacas
Ajetes
Patatas
Sal y pimienta
Aceite de oliva
Leche desnatada
Queso
En primer lugar pelamos y troceamos las patatas, lavamos las espinacas y los ajetes y lo reservamos.
Ponemos en una sartén los ajetes troceados y los rehogamos.
Añadimos las espinacas y seguimos rehogando.
Cuando estén rendidas, añadimos las patatas.
Añadimos sal y pimienta y un chorrito de leche. Yo estoy usando desnatada, pero si queréis el puré con más cuerpo, podéis usar leche normal o incluso nata.
Sabremos que está lista cuando las patatas estén cocidas.
En ése punto sólo queda triturar.
Pensad que la textura no es de una crema, sino de puré, por lo que es mucho más consistente.
Para servirlo, podéis poner un chorrito de aceite de oliva, o rallarle un poco de queso. En ésta ocasión rallaré un poco de queso de Mahón, que es muy suave y de un sabor característico.
Los purés son fantásticos para la noche, ya que llenan un poco más y no necesitas complementarlo con nada.
¿Sueles preparar purés en casa?
BUEN FIN DE SEMANA
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