Para hacer una ensalada refrescante y llena de matices, necesitamos:
Naranjas.
Cebolleta tierna.
Menta fresca.
Aceite de oliva.
Sal.
En primer lugar, pelamos las naranjas y las partimos en rodajas no demasiado finas.
Las disponemos en la fuente donde presentaremos nuestra ensalada.
Pelamos la cebolleta y la troceamos finamente.
La repartimos por encima de la naranja. No recomiendo abusar de la misma, porque puede absorber el agradable sabor de la naranja, e impedir que sea muy, muy refrescante.
Pelamos finamente la menta fresca y reservamos. Previamente la habremos lavado y secado con cuidado.
Salamos nuestra ensalada (sin abusar, sólo un pequeño toque). Y le añadimos un chorrito de aceite de oliva.
Sólo nos queda esparcir un poco de menta fresca por encima.
Y tenemos una ensalada que agradará a grandes y pequeños.
No dejéis de probarla... ya casi acaba la temporada de naranjas y es una forma diferente de despedirnos de esta fuente de vitaminas hasta el invierno que viene.
¿Os animáis?.
BUEN FIN DE SEMANA.
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