Es fundamental que lo recojamos cuando esté completamente seco, ya que la humedad puede dañar la tela hasta el punto de pudrirla y oxidar las varillas o el mecanismo de apertura.
Una vez usados, es preciso dejarlos abiertos, preferiblemente al aire libre o en un lugar en el que no haya humedad hasta que la tela esté completamente seca.
En el caso de que presente manchas, se pueden eliminar limpiando la tela con una esponja impregnada en agua con vinagre. Si las manchas son de moho, utilizaremos agua con unas gotas de amoniaco y frotaremos con un cepillo suave. Luego dejaremos secar.
Para limpiar los pliegues se puede utilizar una mezcla de zumo de limón con media cucharadita de bicarbonato, y lo dejaremos actuar unos 15 minutos.
Si nuestro paraguas ha perdido la impermeabilidad, podemos rociarlo, una vez abierto, tanto por dentro como por fuera con laca para el pelo y dejarlo secar al aire libre unas 12 horas.
De ésta forma nuestros paraguas gozarán de una buena salud y podremos utilizarlos durante varios años.
Solo queda guardarlos en un lugar donde podamos tenerlos con la tranquilidad de que no van a desprender olor a humedad o moho.
BUENA SEMANA
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